Soy de esas personas que, en general, no se quejan en vano (como dice Sabina "si la vida se deja, yo le meto mano; y si no aún me excita mi oficio). Por eso estoy contento.
Esa mezlca de bohemia y burguesía (exquisita contradicción) que puede disfrutarse sin culpas.
Historias del Olvido (Ed. Dolmen -España-)



De los cuatro libros del 2007 (el último casi se cae en el límite con el 2008 porque salió hace unos días) guardo recuerdos maravillosos. Con cada uno de ellos trabajé con gente asombrosa. Y los nombro (porque corresponde): Javier de Isusi, David Rubín, Infame & Co., DaniMaiz, Manu Ortega, David Lafuente, Leticia Ruifernández, Abril Barrado, Paco Roca, Alex Orbe, Ken Niimura, Raquel Alzate y Jorge Iván Argis (en Historias del Olvido); Poly Bernatene y Arianna Squilloni (en Buscando al Conde); Gerardo Baró, Beatriz Actis y todo el equipo de Homo Sapiens (en En el Bosque hay Luces) y Omar Hechtenkopf, Fernando Sawa, Marcela de Grande, Elsa Joly, Frederik Wetta y Belén Caccia (en King Cop). ¡Uf! Fuimos una banda. Y no me olvido, claro, de mi viaje por Venezuela hablando sobre lo que más me gusta (¡historias!) y conociendo gente que me va a quedar para siempre: Alberto Sicilia, Octavio Vivas... y no sigo porque seguro que me olvido de los más enojosos.
Pero por supuesto que dejo para el final lo más importante.
Se llama Laura. Hoy cumplimos nuestro primer año de convivencia. Y sin ella ninguno de mi textos serían lo que son (y no es que ahora sean buenos... ¡es que sin ella serían mucho peores!). Gracias Lau, espero que vengan muchos más. En serio.
Alumnos, amigos, colegas, familia, lectores, gente que pasa casualmente por acá: que sea este un buen año. Y si bien no está en nuestras manos el hecho de que los chicos dejen de morirse de hambre, de frío o de guerra, tomemos conciencia que nuestras manos (si no se convierten en dedos por separado) pueden hacer un montón.Decía Miguel Abuelo: "¿Quién transformará el mundo si no sos vos y yo? ¿Y si no es ahora, cuando?".






chicos).

Por otro lado, llegó una carta desde el norte, trayéndome el paquete en el que descansaban los ejemplares de Buscando al Conde. Realmente, se trata de una novela deliciosamente ilustrada por
Preguntaban del porqué de la ausencia de espantos en mi blog... Aquí les muestro la portada del último libro de mi autoría que ha salido (está calentito, como pan). Se llama... bueno, ustedes lo pueden dilucidar por sus medios, así que no se los digo.






Este es, de los que llevo escritos, uno de los libros que más quiero.
...porque sé que a los chicos les encanta esta historia y estos dibujos.
Se trata de un trabajo de investigación en el que Poly y yo nos encargamos de robar las agendas diarias de los monstruos mas famosas para ver qué es lo que hacen durante el día. Ahí descubrimos que no eran tan jodidos como se muestran de noche, y que teníamos una buena excusa para que los pibes aprendan a reírse de sus miedos.
Sobre esta última ilustración, decirles que cuando nos juntamos con todos los protagonistas para festejar la edición del libro, no pudimos sacar ninguna foto porque los aliens salían movidos, Drácula no salía, la Llorona mojaba la lente y el científico loco se empecinaba en abrir la cámara para ver si podía convertirla en un invento que le permitiera (por fin) destruir el mundo. Fue por eso que Poly tuvo que hacer este dibujo. Cuando lo vi (y esto es en serio), le dije: "Querido, ¿hace diez años que nos conocemos y me dibujás con una taza de café?". El me miró y, con esa sonrisa de sabio que tiene, me respondió: "pero vos no sabés lo que le puse adentro".





