Acaba de llegarme un mail (de esos que caen a montones en nuestra casilla) que proponía lo siguiente: ¿por qué -nosotros los argentinos, que somos tan amigueros- festejamos el día del amigo por algo tan ajeno como la llegada de los yanquis a la luna? Ante esa pregunta, desarrollaban una solución: ¿y si cambiamos el día del amigo al 19 de julio, para recordar al negro Fontanarrosa?
Y la verdad es que el proyecto me puso la piel de gallina.
Una vez Poly Bernatene me dijo: "nos la hizo fácil, el negro; volverse un genio con un puñado de chistes". Tenía razón; y creo que también tienen razón los que plantean este cambio de día: el negro Fontanarrosa era amigo de todos. Nos gustaba pasarla con él/sus páginas. Y por supuesto que nos cuesta su ausencia.
Yo me prendo.
Yanquis, por supuesto, go home.
sábado, 22 de septiembre de 2007
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