miércoles, 18 de junio de 2008

Se viene... se viene...:

Si, ya sé que el primer tomo de King Cop está en los quioscos de todo el país desde hace apenas un par de semanas. Pero es un buen momento para anticiparles que en muy poco tiempo verán, también, el segundo libro de este bizarrísimo personaje (a publicarse simultáneamente en Argentina y Francia).
Si en el número uno pudimos ver la génesis de este gorila/policía, en el que está a punto de ser terminado lo veremos (¡al fin!), en acción.
Con el ilustrador (Omar Hechtenkopf) y el colorista (Diego Puente) hemos decidido ponerlo en el medio de una trama llena de vampiros y muertos vivos. ¿Podrá King Cop salir bien parado de semejante situación? Seguro que no.
Acá les dejo una paginita (sin terminar) para que vayan viendo el clima de la obra:
Y, de yapa, una muestra de todo lo que nos estamos divirtiendo haciendo los comics de este personaje. ¿No es una maravilla? Los aplausos para Omar y Diego (dos capos).

sábado, 14 de junio de 2008

Secretos: Algunos sombreros en el espejo

Hace unos días, la genial Adela Basch me invitó a participar en una antología de cuentos para chicos de seis años. La consigna: menos de mil caracteres y que en algún momento apareciera un sombrero.
Escribí un montón de historias y Adela eligió una (que todavía es secreta y que por suerte también es la que más me gustaba a mí). Comparto aquí una de las que quedó en el camino para que vean cómo es esto de trabajar por encargo para laburos que están buenos. Además, siempre es lindo compartir, ¿no?

El espejo de la casa de mi abuelo:

Mi abuelo es de esas personas serias bien serias que nunca se ríen, que fuman en pipa y tienen bigotes blancos que terminan en punta hacia arriba.
A veces, mis papás me dejan toda la tarde en su casa, donde no se puede cantar, jugar, ni correr. Igual, con Tomate (el gato de mi tía) descubrimos algo que nos hace divertir más que cualquier juego de la plaza: al espejo de la sala le encanta hacerlo rezongar a mi abuelo vistiéndolo de maneras raras. Le pone trajes rojos o verdes, un tutú de bailarina, ¡y hasta un sombrero de señora con plumas y cascabeles!
¡Cómo nos reímos con Tomate cuando lo vemos al abuelo –tan serio él- pasando por delante del espejo!
Después, cuando él se va a leer el periódico, el espejo nos refleja a Marte o a África y nos ponemos a jugar a lo que queremos.
El abuelo ni se aparece: no vaya a ser que a nuestro amigo se le ocurra pintarle el pelo de rosa.

miércoles, 11 de junio de 2008

Grandes personajes de ayer y hoy: Fantomas

Como hace rato no tengo novedades interesantes para poner en el blog (ya van a venir, estamos trabajando en ellas), voy a robar una idea del blog de mi amigo y colega Infame y me voy a poner a escribir de los personajes que más me gustan (vale decir que la maravilla del blog de Infame es que los personajes son ilustrados con el particular estilo de uno de los mejores dibujantes del momento).

Quiero empezar con Fantomas. Simplemente, porque Fantomas fue uno de los personajes favoritos de mi infancia y primera juventud.

Es verdad que está inspirado en un criminal de novelas policiales creado por Marcel Allain y Pierre Souvestre en 1911. También es verdad que el director de cine Louis de Phillippe hizo una decena de perlitas con este personaje. Pero para mí, el Fantomas más bonito es mexicano y era el protagonista de una colección de historietas que todavía guardo como tesoro.

Comenzaban los ochentas y los únicos cómics que se conseguían en mi país (sacando el Patoruzú y las Tony) eran los que se importaban de la Editorial Novaro. Entre ellos, un ladrón de capucha blanca y técnicas perfectas me quitaba el sueño.

Me gustaba que la policía lo persiguiera.

Me fascinaba que considerara que las mejores obras de arte de la historia quedaban mucho mejor en su cuartel que en los museos.

Me parecía bien que nunca matara a nadie en la concreción de sus delitos.

Me parecía el mejor slogan del mundo ese "la amenaza elegante" que aparecía bajo su nombre en cada portada.

Me deliraba con su harén de ayudantas bautizadas con los signos zodiacales (sólo quien fue niño en aquel tiempo y supo apreciar aquellas mínimas vestimentas sabe de qué hablo).

Me daba aires de importante memorizar las contraseñas para entrar a su guarida (siempre frases maravillosas escogidas de grandes poetas).

Me emocionaba que cada tanto se disfrazara de -no sé- piloto de fórmula uno y les ganara el premio a los más grandes corredores de la época.

Me hermanaba que los ciudadanos jovenes de Paris (allí era donde sucedían la mayoría de sus historias) hicieran manifestaciones en su apoyo mientras la población adulta y retrógrada lo consideraba un criminal/terrorista.

Me daba orgullo que siempre cenara con las actrices más hermosas del cine mundial.

Me producía incógnita aquella máscara y cierto pasado que nunca se develaba.

Que quede claro: hablamos de uno de los dos más grandes dandys que ha dado el comic mundial (el otro se llamó Corto Maltés). Y eso es suficiente.

Además, Fantomas es el único personaje de historietas que puede darse el lujo de haber actuado en un guión esrito por Julio Cortazar. Ya quisiera Batman o Condorito tener semejante galardón.

Hace rato que vengo pensando un argumento en el que participa Fantomas. Realmente me encantaría ponerme, por lo menos una vez en la vida, la capucha, la capa y su traje azul.
Y robarme a la maja desnuda para ver cómo besa. ¿Por qué no?


Este post va dedicado a mi hermano Luis Sampaoli, que sabe más que yo de Fantomas porque siempre se las arreglaba (quien sabe con qué artimañas) para robarlas de los lugares más custodiados de las cajas fuertes mundiales.