viernes, 12 de diciembre de 2008

Capítulo Dos: Buscar una buena historia

Estaba el dibujante. Estaba la editorial dispuesta a publicar aquello que hagamos.
Faltaba una historia.
Como ya anoté, ésta no debía ser una historia más. Tenía que tener la suficiente poesía como para que un dibujante de la sensibilidad de Infame pudiera sentirse cómodo en ella. Y también debía ser una historia que tuviera algo mío para que en el guión se note el placer de escribirlo.
Aquí viene un secreto de cómo nació la idea principal de Corina y el Pistolero —a publicarse por la editorial Dolmen en los primeros meses del 2009—.
Estaba en la selva del Amazonas. Año 2007. Recorría el río y los poblados invitado por el gobierno contando historias y hablando de los mitos de mi tierra. A cambio, los lugareños me contaban sus mitos. Un paraíso, o algo así.
En un pequeño poblado armaron una fiesta. Uno de los "capangas" del lugar se me acercó y me dijo: "gringo; acá podés tomar, bailar y divertirte todo lo que quieras, pero tené mucho cuidado con las toninas, que de ellas no hay retorno". Mi rostro, claro, expresó todo el desconcierto que un rostro pudiera expresar. Entonces el hombre continuó: "en esta parte del río las noches de fiesta algunas toninas —delfines de agua dulce— se convierten en mujeres hermosas y eligen a alguien para bailar. Luego, se lo llevan al fondo. Y nunca más se sabe nada de él".
Y no había nada en la mirada de ese hombre que me explicara que lo que me contaba no era cierto. Estaba, realmente, en un lugar donde los delfines se convierten en mujeres y cazan hombres.
Durante aquellos días de mail de editores y maravillas de dibujantes, me volvió aquella historia de las toninas del Amazonas y la historia apareció de golpe: un hombre que llega a un lugar a cumplir una misión pero, mientras la trama se desenvuelve, se enamora de quien no debe —¿o sí?—.
Amo la historia de Corina. Amo cómo quedaron las páginas que ilustró Infame.
Pero no nos adelantemos. Todavía faltaba mucho en este proceso de creación de un hermoso cómic.
Por ejemplo, el género.

¿En qué género inscribir una historia con sirenas delfines? ¿Infantil? ¿Terror? ¿Romántico?

Nada de eso... todo lo contrario...

7 comentarios:

infame & co dijo...

me quedo tonto esperando ver como sigue la historia, que bonito

Florencia Bini dijo...

hola Lucho, gracias por pasarte por mi blog y por el comentario.
que buena idea esto de ir contando como surge un proyecto mostrando tanto el guión como las ilustraciones, la verdad te felicito y espero ver pronto la historieta de Corina y el Pistolero!!!!!!
besos y ya te agrego a mis links para estar al tanto de como sigue esto.

Anónimo dijo...

Estoy impaciente por ver cómo sigue la historia!! Seguiré atenta. Qué bonito!!. La realidad es a veces mucho mejor que la fantasía. Por qué romperse la cabeza con temas estrafalarios cuando se parte de una realidad tan bonita? Precioso!!

Sebastian Barreiro dijo...

`QUE GRANDE!!!!!!!!!!!!!!!
Sos un nabo, le encuentras todos los peros a tu trabajo pero siempre de algun lugar alguien dice CHE; ESTE PIBE ES GROSO! y te dan un premio, una mencion, una docenas de facturas o algun viaje.
EL DIA QUE INVADAS LAS EDITORIALES EXIGIENDO QUE TE DEN TRABAJO NO TE PARA NADIE !!!!
Abrazo y es un alegron, lo sabes!

Luciano Saracino dijo...

Infame: eso es lo bueno de haber pasado todo esto tan separados; ¡tenemos mil cosas para contarnos y sorprendernos!

Florencia: muchas gracias por los comentarios. Yo también espero ver pronto cómo queda el Corina. Seguro que el pistolero también es disparador de muchos otros proyectos (y, te repito, tus hadas me fascinan).

Mamen: Realmente, fue lo que sucedió. Se dieron tantas cosas tan maravillosas que no hubo ni siquiera que forzarlas. Ahí estaba todo!

Seba: lo que pasa es que me querés mucho (casi tanto como te quiero yo a vos). Y siempre estás viendo cosas lindas donde no las hay (como sucede con mis textos, por ejemplo). Igualmente, de todas las cosas que anotás, me quedo con la docena de facturas. Vos traelas que yo pongo el agua para el mate.

Nelson Noel Luty dijo...

Es increible loco todo lo tuyo te felicito

Luciano Saracino dijo...

Que un groso como vos me diga eso, Nelson, me pone colorado.
Gracias