De esa manera, en casi todos los libros que llevo escritos aparece algún monstruo.
En Elisa se va de Vacaciones podemos ver a un Lobo Feroz y a un Drácula.
En Filgrid, el mago de los caminos presentamos a los Shadows (criaturas hechas de sombras que recorren los bosques).
En las Agendas Monstruosas, claro, aparecen todos.
En Buscando al Conde, casi todos.
En En el Bosque hay Luces me di el lujo de contar historias con duendes malísimos.
En King Cop el protagonista es un gorila que habla.
Y lo mismo en proyectos que se están en este momento realizando o imprimiendo (una enciclopedia con "monstruos reales", otra enciclopedia con "monstruos ficticios", un comic con una especie de diablo, una peli de terror...).
Pero alguna vez, también, me pude dar el lujo de escribir ensayos sobre monstruos en la revista de literatura mas importante de la Argentina: Oliverio.
Con su editor, Ricardo Romero, nos encantaba juntarnos a tomar un vermouth en San Telmo mientras charlábamos de temas absolutamente escabrosos, y fue así que nació la serie de ensayos titulada De la Monstruosidad, que se fue publicando a lo largo del 2005 y en adelante.
Ahí intenté bucear en la naturaleza del monstruo, y todavía me siento orgulloso de aquellas páginas sueltas que intentaban sonar lo más serias posibles.
¿Quieren leer alguno de esos ensayos?
Ahora los dejo solos. Alguien está rascando mi puerta.
3 comentarios:
¿por ke tanta afinidad? Debe ser por ke eres un monstruo (escribiendo, claro)
No te confundas, Infame: soy un monstruo en TODOS los sentidos malos del concepto.
Algún día contaré los porqués "reales" de tanto monstruo en mi obra. Algún día...
No te confundas, Infame: soy un monstruo en TODOS los sentidos malos del concepto.
Algún día contaré los porqués "reales" de tanto monstruo en mi obra. Algún día...
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